#17 Sobre periodismo en España e impresiones en Twitter
En una semana mi continua crisis emocional sobre el periodismo se ha multiplicado por infinito. Y ya era alta. Ahora está al nivel de mi odio a British Airlines.
Esta semana he tenido alguna que otra reflexión sobre el estado del periodismo deportivo en España. Ser periodista es una profesión de riesgo. No porque podamos morir asesinados en cualquier momento, sino por el vivir constantemente en el foco. Para gente a la que les encanta hablar, mucho y de todo, es IMPOSIBLE no acabar diciendo una barbaridad. Y como definición del periodismo deportivo español me parece maravillosa.
La semana pasada estuve leyendo bastante sobre periodismo, y derivados. Primero, a Marc Stein, Howard Strauss y Michael Zeller en sus newsletters (a Strauss era una entrevista que le hacían). Todos ellos tienen, en la plataforma de Substack, miles de suscriptores de pago por un contenido, hay que decirlo, élite. Ya sea por el acceso, el esfuerzo y dedicación o la diferencia del contenido que traen, todos ellos valen la pena. Pero insisto, miles de suscriptores. Días más tarde, creo que fue el miércoles o jueves, antes de irme de viaje, leí a Faustino Sáez en Twitter un mensaje que me hizo reflexionar bastante.
Lo dejo aquí entero para quien lo quiera leer, porque vale la pena, pero en resumen habla, a raíz del caso Rubiales, de cómo la prensa deportiva española está caducada. Como no ha habido regeneración, adaptación y paso de torcha porque los que están arriba no lo han permitido, no han querido ni les ha interesado. Ya sea por dinero, ya sea por poder, acceso o por egoísmo, hace demasiado que no piso una redacción deportiva como para tener una opinión basada en hechos. Quizá la única ventaja de poder ser freelance y elegir con quién trabajar. Leí a Stein, Strauss, Zeller y a Faustino, y prometo que tienen relación, dame dos párrafos más.
Un día más tarde, eso ya debió ser el viernes por la mañana, me metí en un debate con varios amigos sobre el nuevo X (lo que siempre hemos conocido como Twitter). Como muchos sabéis, desde hace un tiempo para atrás, Elon Musk ha decidido premiar las impresiones con una parte del dinero generado por publicidad, por lo que todos los usuarios que hayan pagado por el verificado (como ya expliqué que hice yo), van a empezar a generar beneficio. Por primera vez desde marzo de 2010, cuando llegué a Twitter, me han pagado por los más de 85.000 tweets que he hecho (borré 35.000 en 2019). El debate era sobre el nuevo Twitter:
¿Qué va a pasar con la creación de contenido ahora que se premian las impresiones, y no la calidad del contenido? Obviamente el nivel va a decaer. La gente buscará polémicas, maneras de llegar a mucha gente y generar al mismo tiempo más dinero. Yo lo estoy haciendo. No he cambiado mi forma de postear, pero sí he añadido cierto contenido más light con el objetivo de tener más impresiones. Os puede gustar o no, y yo lo entiendo; pero al final llevo 13 años haciéndolo gratis. Lo importante para mí es la primera parte de la frase, igualmente: no he cambiado mi forma de twittear, solo he sumado algo.
Entre mis amigos, había algunos que no lo entendían ni compartían, otros que están en contra y los menos, que han pagado por el verificado y están haciendo lo mismo. Pero hubo una frase que me marcó: “A mi no me entra en la cabeza que se pague por una red social”. ¿Por qué no? ¿Simplemente por que antes era gratis? Las cosas cambian. Que las cosas tengan un status quo no significa que sea la manera correcta de que funcionen. Mi guía de la off-season antes era gratis y ahora está exclusivamente en la web de Gigantes, por ejemplo (pagáis viendo anuncios). Que quede claro, esto es importante, que en todo momento estoy hablando del uso de Twitter a nivel periodístico/informativo, no como red social de memes y teorías sobre si la Tierra es plana.
Vuelvo a los americanos. Los tres han conseguido que la gente les pague mensualmente de manera directa a ellos, que les envíe un dinero fijo por escribir, grabar un podcast o lo que sea que produzcan en un martes cualquiera. Leer a Stein antes era gratis. Leer a Zeller era gratis. Leer a Strauss en ESPN era gratis (en The Athletic ya no). Pero ahora leerles cuesta dinero. Y el mercado americano lo ha entendido, no sin costarles lo suyo, pero lo ha entendido. La información vale dinero y que algo antes fuera gratis no significa que tenga que serlo hoy. Pero en España (y supongo que Latinoamérica) no ha pasado, porque seguimos en el periodismo de hace 20 años. Y vuelvo a Faustino ahora.
Hemos cambiado el Marca en papel por la versión web. Hemos cambiado el PPV por DAZN y los programas de radio ahora van también por YouTube, tienen formato podcast y están en Twitch en directo. PERO SE HACE LITERALMENTE LO MISMO. Y los que lo dirigen son los mismos. Y mientras, los que tenemos que crear contenido desde cero sin una plataforma de cientos de miles de seguidores, solo nos queda luchar por las migajas. O traducido al presente, conseguir impresiones en las redes sociales para rascar cuatro centavos. Eso, o entrar a un medio de comunicación a sentarse delante de un ordenador para hacer el minuto a minuto del partido del Getafe contra el Éibar (no sé si el Éibar está en primera, la verdad).
Cuando yo tenía 20 años, hace una década, recuerdo crecer leyendo en Twitter a muchísima gente de nivel alto o muy alto escribiendo. Leía sobre todo NBA, pero había proyectos de todos los deportes. Algunos han llegado a profesionales, otros era un hobby de adolescencia tardía que han podido compaginar con la vida adulta y la mayoría se han quedado por el camino por falta de puertas y ventanas. Ahora siento que cada vez hay menos y menos periodistas ahí fuera. Hay creadores de contenido, que me parece perfecto por la adaptación a 2023, pero falta una parte. Y yo soy el primero que les invito a intentarlo, pero los muros se sienten cada vez más altos.
Y se ha juntado la trifecta mortal: puertas cerradas en el sector, falta de interés por parte de los nuevos periodistas y un público acostumbrado a consumir todo ahora y gratis. Muy pocas (¿alguna?) newsletter en español permiten a su escritor vivir de ella, mucho menos de algo tan nicho como la NBA, comprensible hasta cierto punto aunque el baloncesto sea el segundo deporte que más clicks genera en España. Pero por favor, entender cuando hagamos algo que busca remuneración (o impresiones) porque nos gusta comer tres veces al día. Y sobre todo, consumir periodismo joven, alternativo, diferente. No le deis voz a los que llevan 37 años en la misma tertulia, por el bien del deporte, del periodismo y del país.
Perdón por todos los tweets que he dejado programados las próximas dos semanas. Hay uno para el 10 de septiembre que dice ENHORABUENA A CANADÁ, CAMPEONES DEL MUNDO. Un abrazo desde el avión camino a Johannesburgo, ahora sí de una vez por todos, y gracias por leer hasta el final.
PS. Puta British Airlines, oé.