#55 Sobre Ergin Ataman, el campeón del mundo y el deporte global
Los Celtics se proclamaron campeones del mundo y el turco ha respondido. Y es un debate tan eterno como idiota.

Ergin Ataman, entrenador del Panathinaikos y tres veces campeón de la Euroleague (2021, 2022 y 2024) ha sido protagonista en las últimas horas. No por ganar otro título, sino por sus declaraciones contra los Celtics y por ende, la NBA. Ataman ha vuelto a reabrir el debate eterno del concepto campeón del mundo, pero con un giro poético. Esto ha dicho:
"Después de que los Boston Celtics se proclamaran campeones de la NBA, se proclamaron en Twitter como campeones del mundo. Se ven a sí mismos muy bien. No son el campeón del mundo", decía el entrenador turco. "Si queréis conseguir el título de campeón del mundo, venid a ganarnos a nosotros, el campeón de la Euroliga. Si tenéis tanta confianza, os digo que vengáis y nos ganéis en el OAKA". Hay tanto para analizar en esta frase que no sé ni por donde empezar, pero voy a intentarlo. Antes, eso sí, te recomiendo encarecidamente que te suscribas (gratis o no) a la newsletter para que sigamos creciendo todos juntos.
Primero de todo, dejar claro que comparto el pensamiento global y generalizado de que los Celtics (o cualquier campeón de la NBA) no son World Champion, como muchas franquicias se autoproclaman. ¿Son el mejor equipo del mundo? Sí, eso sí. Han ganado la NBA, la liga más complicada del planeta, pero no deja de ser una liga continental similar a la Euroleague: equipos de diversos países en una liga cerrada donde la mayoría de equipos han llegado por dinero. No son tan diferentes. Campeón del mundo es el país que gana el Mundial o el equipo que gana un torneo globalizado con los representantes de cada país o continente, y no es realmente un debate — aunque en Estados Unidos no lo entiendan. Eso es claro. Dicho esto, en lo demás Ataman no tiene razón. En nada.
Para empezar, se autoproclama defensor del título mundial. “Si queréis conseguir el título de campeón del mundo, venid a ganarnos a nosotros, el campeón de la Euroliga”. ¿Por qué el campeón de la Euroleague y no de LATAM o de Australia? ¿Por qué no el campeón de la Basketball African League? ¿Por qué se jugaría en el OAKA en Atenas y no en el Líbano, donde juega el Al Riyadi, campeón de la Basketball Champions League en Asia? ¿Qué diferencia hay entre coronarse campeón del mundo en Twitter, como los Celtics, y exigir que para proclamarse le ganen a uno? Porque es lo que está haciendo Ataman, la verdad. Y nadie ha decidido que PAO sea el campeón del mundo (ni los Celtics).
Pero nunca vamos a poder ver un partido entre NBA y equipos FIBA en un entorno idóneo, porque no existe como tal. Son dos deportes diferentes, literalmente. Con medidas en la pista diferentes, reglas diferentes y conceptos distintos de entender el juego. El baloncesto NBA es show-business, estrellas, flashes y highlights por 82 partidos al año, narrativas mediáticas sin freno, donde el jugador es el actor principal y el juego es fluido hasta el punto de incontrolable por momentos, caótico en exceso. Al contrario, en Europa el baloncesto es una ciencia regulada, gobernada, donde el entrenador es el protagonista y controla cada detalle. Donde la táctica brilla más que el físico o el talento (que también lo hay).
No es un debate sobre cuál es más atractivo o gusta más, porque los gustos son personales, ni siquiera cuál es mejor. El baloncesto europeo es más tradicional y la NBA es un concepto modernizado, pero te puede atraer uno más que el otro por diferentes motivos. Lo que no es un debate real es que de los 100 mejores jugadores del planeta, los 100 están en la NBA. Y que de los 200 mejores, 175 están en la NBA (si no más).
Me van a venir con el argumento de las selecciones cuando no puede estar más alejado de la realidad. Porque el Team USA es, o suele ser, una sarta de estrellas que se juntan una vez al año para jugar a un deporte con reglas diferentes, arbitraje diferente y medidas diferentes (y aun así, suelen ganar). Pero un equipo NBA tiene el trabajo de un año, o varios incluso detrás. Si pusiéramos al mejor equipo NBA y el mejor equipo FIBA, los dos al máximo nivel físico, ganaría el americano 98 de cada 100. Las dos estrellas de PAO son, ahora mismo, Lorenzo Brown y Kendrick Nunn, jugadores que fueron poco a poco repudiados de la mejor liga del mundo hasta tener que emigrar a Europa. Como Juancho Hernangómez, Jerian Grant o Kostas Antetokounmpo, otros referentes. Hay niveles.
El MVP de la Euroleague fue Mike James, el máximo anotador Markus Howard, y el quinteto lo rellenan, junto a James, Campazzo, Nunn, Mathias Lessort y Nigel Hayes-Davis. En total suman 389 (49, 138, 193, 0 y 9 respectivamente) y Howard suma otros 68 y salvo momentos de Nunn en Miami, ninguno ha sido especialmente relevante en la NBA. La realidad es que son fondo de armario en la mejor liga del mundo y referencias en Europa, como Walter Tavares (DPOY en la G-League), Vincent Poirier, Guerschon Yabusele, Dzanan Musa o Mario Hezonja. El Madrid en general, vamos. Un Real Madrid que le ganó a los Mavs este año... por cuatro puntos. En un partido donde Luka Doncic jugó 4:59, Kyrie Irving ni se vistió y solo Grant Williams y Dante Exum superaron los 24 minutos.
Esto no es un debate racial ni geográfico. No es un Estados Unidos contra el mundo, porque dos de los seis mejores jugadores de los Celtics son internacionales, un letón y un dominicano (y tres son parte del Team USA). Es un tema de ligas, de deportes, de entender que son dos mundos diferentes. No es como comparar la Champions League con la Libertadores, porque aunque sean estilos diferentes, Europa y Latinoamérica juegan al mismo deporte: fútbol. La NBA tiene sus propias reglas. Por eso no veo viable, a corto plazo, que la NBA mande al campeón anual a un torneo intercontinental (algo que la Euroleague tampoco hace, por cierto, va el campeón de la BCL). Pero si fueran, si lo hicieran, dominarían a placer. Rondae Hollis-Jefferson jugando con Jordania es el ejemplo.
Tres veces se ha jugado, por cierto, un campeón de la NBA contra campeón de la Euroleague, todos amistosos. En 1997 los Bulls le metieron de 24 a Olympiacos (sin Pippen) en París. En 2007 Panathinaikos perdió en San Antonio 113-91 y la única victoria fue del Barça contra los Lakers, en el Palau Sant Jordi, en 2010. Kobe jugó 25 minutos y tiró un pobre 2/15. Todos los partidos entre NBA y equipos FIBA se han jugado siempre en el mes de octubre (o antes), pretemporada para la liga, y aun así tienen un récord de 75-17 contra equipos Euroleague. Sin nada en juego más que el tener un viaje pagado por Europa para hacer turismo contra un equipo Euroleague que pelea constantemente por el orgullo de demostrar que están cada día más cerca de la NBA.
Que sí, que lo están. Pero Ataman no tiene razón (ni los Celtics).