#59 Sobre balances anuales, aprendizajes y qué depara el futuro
Es momento de hacer balance de mi temporada NBA. Y de empezar a pensar en la siguiente, que queda nada para arrancar.

El pasado mes de junio, con el final de la temporada NBA, acababa mi temporada también. La segunda cubriendo la liga full-time, a tiempo completo, entre Relevo, Gigantes y diferentes proyectos personales como puede ser Up and Under, Trasnochados (¿sigue vivo?) o las redes sociales, que ya son como un trabajo. Se ha alargado algo más por los Juegos Olímpicos, pero ahora sí, es momento de hacer balance. Con tiempo de por medio, en frío y con la pausa de haber tenido un hijo y que haya cumplido ya las ocho semanas desde el quinto partido de las finales hasta el momento en el que escribo estas líneas. Ha habido mucho tiempo para pensar, y por eso estamos hoy aquí.
Porque sí, hoy toca algo más personal, y como suelen funcionar, vuelvo a intentarlo, abrirme un poco más. Antes de empezar, como siempre, la cuña publicitaria para recordar que esto es gratis, pero que si quieres, puedes pagar — y si no estás suscrito, ni gratis, es buen momento para hacerlo.
Cierro la temporada, de mediados de octubre a principios de agosto, con más de 600 artículos escritos, entre las previas de principio de año y los análisis de la off-season de cada eliminado en playoffs, que tuvieron buena acogida, en escrito y audio. Y hay que sumar pódcast y vídeos. Es mucho contenido (unos 17 artículos a la semana a mínimo 600 palabras por texto) y el que falta, porque se me han quedado otros tantos en el tintero; algunas historias que no he podido investigar del todo, entrevistas que nunca se cerraron y reportajes que tengo que finalizar, y que quiero. La actualidad se suele comer el texto largo, algo normal cuando tienes 82 partidos por 30 franquicias y 15 series de playoffs, además de All Star (que no lo vi) y un nuevo torneo, el In-Season Tournament y los JJOO. Imposible hacerlo todo, cada noche, y lo demás.
La temporada me ha servido para aprender mucho, sobre la NBA y sobre mí. Sobre qué me gusta y qué quiero hacer, por ejemplo. O sobre qué puedo hacer, por tiempo, más allá de mi trabajo obligado. Porque muchos no lo sabéis, pero yo, además de periodista NBA, tengo un trabajo a tiempo completo en Canadá, en una empresa de tecnología, en el departamento de marketing (y donde acaban de despedir a la mitad de mi equipo para luego ascenderme). Lo de la NBA, lo de las noches, es un sueño que parece que voy cumpliendo, el de intentar vivir de esto. Y por eso cada temporada que acaba conmigo escribiendo la considero un gran año a nivel NBA.
Más allá de que los Celtics hayan ganado el título, algo positivo, o que por segunda vez en cinco temporadas no haya tenido un jugador español en el vestuario de los Raptors, algo negativo. Ha sido el año, pandemia al margen, que menos partidos he podido ir (porque me mudé y porque cada vez hay menos españoles) pero también el que más se ha regulado el acceso en los pabellones. Hay días que os prometo que la única diferencia entre ir al Scotiabank y verlo desde casa son las palomitas gratis, a ese punto hemos llegado. Por eso empecé a regular a qué partidos iba: Curry, Doncic, Wembanyama, LeBron (me perdí el segundo de los Celtics por una apendicitis...) y al que venían los españoles, Aldama, Garuba y Jordi Fernández. Priorizar mis viajes y mis peleas con los departamentos de prensa de la NBA es algo que he aprendido.

Texto > Audiovisual
A principio de año intenté el formato audiovisual, darle otra oportunidad: TikTok e Instagram, porque son plataformas que generan buen contenido, relativamente rápido, y que monetizan bien (seamos sinceros, los periodistas también comemos). Y tan rápido como se graba un video aprendí que no me gustaba hacerlo; no es ponerme delante de la cámara o preparar el contenido, sino todo el proceso de editar, subtitular, subir, etc. Era un esfuerzo sobrehumano que no me generaba placer al completar el proyecto como puede ser un artículo; y me refiero a un vídeo corto, ya no quiero entrar siquiera al formato largo de YouTube. Admiración eterna a los que lo hacen cada día (Leo Carranza, ejem) o lo quieren hacer (Nacho Losilla), pero no es para mí. No he cerrado todavía mis redes de vídeo, pero debería.
Me planteé objetivos nuevos. Quería hacer un gráfico a la semana y un hilo de actualidad y datos (no clickbait rollo descubre la vida de Donte DiVincenzo), y lo logré varios meses, sobre todo el tema del gráfico, pero insisto, escribo casi 15,000 palabras a la semana — obligadas, mi trabajo. Añadir más contenido solo para potenciar mi marca no era prioritario, y más con un bebé en camino. Mi tiempo era limitado y sabía donde tenía que ponerlo. No me estoy haciendo la víctima, solo hago balance. Al final, todo esto son decisiones que yo he tomado con mi vida, que hay veces que uno se marca objetivos porque tiene ilusión y la realidad es que no puede, o no le gusta como sale. Las cosas cambian, la vida sigue y a otra cosa, el fracaso es parte del aprendizaje, y yo he aprendido que no quiero hacer vídeos, quiero escribir. Siempre he querido escribir, y eso no ha cambiado.
De hecho no me gusta ni el streaming, aunque pague bastante bien. Lo probé en Playback, y movimos Up and Under a la plataforma, pero sigo sin sentirme cómodo, yo mismo. Realmente es un esfuerzo mayúsculo, y admiro mucho a los que saben hacerlo, pero no es mi rollo, tengo que cambiar demasiado mi manera de trabajar. Y parte de crecer uno mismo es encontrar lo que me hace sentir cómodo.
El puto Twitter
Luego está el tema de las redes sociales. Benditas y malditas al mismo tiempo, joder cómo las odio y necesito en mi vida. Por años, mi relación con Twitter (porque le voy a seguir llamando Twitter) ha sido tóxica, peor que cualquier relación que haya tenido con un humano. Creé un sentido de dependencia preocupante, y necesitaba al mismo tiempo aprobación y validación, pero con los comentarios negativos teniendo un efecto sobre mi salud mental. Trabajé en ello (estoy hablando de hace unos años), pero parte del proceso ha sido ir alejándose de la plataforma por pasos: quitar notificaciones, por ejemplo. Y este verano, borrando la aplicación en mi teléfono hasta que vuelva la NBA.
Os prometo que no hay herramienta que, para periodistas y aficionados de la NBA, sea de más uso y peor rédito. Tengo casi 70,000 tweets (y unos 25,000 que borré en 2019), más de 16,000 seguidores y he ganado menos de $200 en toda mi vida por ello pese a invertir, en promedio más de tres horas al día en el teléfono y otras tantas en el ordenador. Es una adicción como puede ser cualquier otra, enfermiza y peligrosa, pero que hemos normalizado tanto como el alcohol o la cafeína (otra dependencia). Y como además, soy medio imbécil y me meto en más peleas que horas tiene el día, mi perfil público es una mezcla entre tweets de los Celtics, insultos y links a mi contenido en forma de artículo, newsletter o audiovisual. No hay punto intermedio: spam o insulto.
Para 2024 el objetivo es, literalmente, usar Twitter menos. No sé si seguiré con Twitter Premium (lo he dejado de pagar para verano, copiándome de la idea de ) y si vuelvo será solo para usar Tweetdeck. Lo pensaré en octubre cuando mire como están mis finanzas y cómo es trabajar sin el checkmark azul — que por cierto había conseguido antes de Elon Musk, pero bueno, fuck you.
Si has llegado hasta aquí, ahora en serio, deberías suscribirte así sea gratis.
Y ahora ¿qué?
Me encanta que me hagas esa pregunta. Por ahora, por lo que sé, seguiré haciendo lo mismo a nivel laboral. Me vais a poder leer en Relevo y Gigantes salvo que me digan lo contrario, y la verdad, me encanta seguir haciéndolo. Son dos lugares donde me dan libertad absoluta y donde publico contenido muy diferente, uno más actualidad, noticias, noches de la NBA, y en el otro más analítico, ya sea de juego o datos. Y me gusta poder compaginarlos porque cubro casi todos los palos con ello. Y lo que me falta, lo seguiré subiendo aquí, donde hay más opinión y puedo dar rienda suelta a la imaginación.
Hablando de la newsletter, tengo pensadas grandes cosas para este verano. Para empezar tengo tres entrevistas en formato pódcast (y quiero que sean cuatro) para hablar de periodismo y NBA con tres periodistas de la NBA españoles, tres referentes que todos conocéis. La idea será subirlas a partir de la última semana de agosto cuando la actualidad NBA esté muerta, una a la semana hasta que llegue el training camp (el media day de los Celtics, el primero de todos, es el 24 de septiembre). Y tengo algunas ideas más para verano, pero que sepáis que quiero seguir apostando por esta plataforma porque es lo único que tengo mío, bajo mi nombre. Si el mundo se hunde, me queda esto.
Mensaje solo para los que sois suscriptores de pago. Durante este verano todo será gratis, así que voy a pausar vuestro siguiente pago hasta mitad de octubre porque me parece lo justo.
¿Qué más? Puedo confirmar que volverá Up and Under, aunque lo más probable es que volvamos al formato pódcast, solo audio junto con Leo, y seguramente recuperando la esencia del origen (una hora, un tema). Trash-Nochados no puedo confirmar y/o anunciar nada, con las nuevas vidas laborales de Sergio y Losi es complicado saber qué puede pasar, pero si ellos son felices en su vida, eso que nos alegramos. El resto seguirá lo mismo pero ahora con un hijo, menos tiempo y las mismas ganas. Porque sigo queriendo hacer esto, y seguir con el sueño de vivir de ello.
Perdón por la chapita, y si has llegado hasta el final, te doy las gracias y la enhorabuena a partes iguales, pero creo que os merecíais esto. Y al final, para los más veteranos de la web, el año pasado fueron muchos artículos más personales y solían gustar mucho, así que he pensado en cerrar la temporada con esto. Para el fin de semana, si me da tiempo a acabarla, tengo un texto sobre el último libro de Gonzalo Vázquez. Vale la pena, leerlo.