#6 De pelear en el barro, exposición y recompensas: periodismo de NBA
Hoy os traigo algo más personal.
Hoy os traigo algo más personal, principalmente porque estoy de vacaciones y dejo esto programado sin saber qué ha podido pasar en la NBA en los últimos días. Y tampoco pondré el spam al final del artículo. Si queréis ser periodistas deportivos o si queréis, simplemente saber algo más sobre mí, os interesa.
Hay veces que gente joven, que está estudiando periodismo, me escribe pidiendo consejo. Me preguntan qué oportunidades hay para escribir de NBA en España o cómo pueden empezar a hacerse un nombre. Casi siempre contesto lo mismo: escribe, graba, publica, emite. Haz cosas. Hoy en día es tan fácil tener un podcast, un blog o un canal en YouTube o Twitch que un periodista joven que no lo tiene me genera desconfianza. Empieza desde cero, no necesitas más que un teléfono móvil con conexión a internet y un ordenador portátil, no hay que gastarse millonadas en micrófonos o cámaras. Si quieres empezar, empieza tú solo, con tu mejor amigo, con tu pareja y con lo que tengas en casa. O escríbele a las cientos de webs que cubren el baloncesto.
Yo pasé por varias, algunas que ni quiero mencionar y otras que me ayudaron a conocer la gente adecuada, como The Wing o Solobasket. Y tenía mi blog, mi podcast con mis amigos y mi cuenta de Twitter. Incluso YouTube y Twitch llegaron antes de empezar a trabajar como periodista a tiempo completo, como es ahora. Haz cosas, pero ten clara una cosa: vas a tener que sacrificar muchas otras para llegar y ni eso. Conozco gente con mucho talento que se quedó por el camino, que cambió de carrera o dejó el periodismo para ser otro perfil dentro del mundo del baloncesto (y también los hay que no tienen talento y están arriba, como en todo). Pero entiende que no se puede hacer a medias, es imposible. Esto son 24 horas al día porque la NBA no para hasta finales de Julio y solo por dos meses, y a veces ni eso.
Lo sé porque es mi trabajo. Desde el pasado septiembre, cada semana publico entre ocho y diez artículos de temas variados, siempre de NBA. Esta última semana han ido desde Ben Simmons hasta las primeras sensaciones de la nueva pareja de Dallas. A 600 palabras en promedio. A eso hay que sumar cinco noches en las que me encargo de hacer la crónica de la jornada, con lo mejor (y lo peor) que ha pasado en la NBA. Esta suele ser mínimo 800 palabras e implica quedarse cada noche hasta que finalice el último partido, alrededor de la 01:30 de la mañana en Toronto. Y queda por sumar el artículo mensual en NBA ID, que el último fueron 1800 palabras (!) y los episodios semanales de Up and Under (podcast), Camino al Garden (directo en Twitch y podcast) o los directos en Twitch. Y ahora la newsletter.
En total son 16 artículos, unas 12000 palabras a la semana y decenas de horas invertidas. Porque no, un artículo no se hace en 30 minutos (bueno, algunos sí). Y por si alguno no lo sabía, yo tengo mi trabajo diario en Canadá en el departamento de marketing en una empresa de tech y software, cada mañana de 8:30 a 16:30. ¿Por qué os cuento todo esto? Bueno, para contaros que a veces hay una fatiga, aunque esté escribiendo de NBA. Hace años, cuando escribía un artículo al mes, tenía el bloqueo del escritor y siempre he sabido que para salir adelante, tenía que seguir escribiendo. Ahora es distinto, mi preocupación es intentar mantener la misma calidad en todos los artículos. Principalmente, porque con tanto contenido, cada artículo ya no puede ser tan especial, ya no es un home-run.
No pretendo que cada pieza que escriba sea la Mona Lisa porque sé que es imposible (salvo que seas Gonzalo Vázquez), pero sí quiero, dentro de la rutina, poder ir a dormir orgulloso de lo escrito cada noche. El principal problema de la actualidad es que ya no tengo tiempo para artículos largos. ¿Cuánto hace que no me siento a escribir un reportaje largo? Esta temporada los puedo contar con los dedos de una mano, creo. La mitad están en Gigantes, la otra mitad en NBA Spain. Y por desgracia para mí, los long form, esos textos largos que ya nadie lee completos en internet, son mi pieza favorita de escribir. Lo son porque son un reto mayúsculo de horas de investigación. Y mientras escribo esto tengo una lista con siete temas, algunos empezados, que no he podido avanzar en semanas (y os prometo que lo intento). El día a día ha devorado el artículo largo, y en ocasiones me jode. Es el precio a pagar por cumplir mi sueño.
A veces no soy del todo consciente de que mi trabajo es, literalmente, ver partidos de la NBA y escribir sobre ello. Es algo que he hecho por tanto tiempo gratis, que sentir que ahora vivo de esto me abruma por momentos. Me explico. Cuando escribir de la NBA era mi hobby, un pasatiempo, cuando escribía en un blog, lo hacía cuando quería, cuando podía o cuando sentía que me apetecía decir algo. Como sucedía con los podcasts, los directos en Twitch, como Twitter o cualquier otra red social, cada vez que publicaba un contenido era resultado de mi voluntad de decir algo. He llegado a un punto en el que tengo que escribir, tengo que decir algo cuando sucede cualquier cosa en la NBA porque es mi trabajo, lejos de los tiempos del hobby.
No me quejo, lo prometo. De verdad que no es una queja porque es algo que he soñado desde hace unos años y que no estaba seguro de poder llegar a cumplir. Pero en parte me he convertido en un esclavo de algo que yo mismo cree. No miento a nadie si digo que tengo este trabajo gracias a Twitter, gracias a todo lo que he escrito y publicado previamente en blogs gratuitos, webs que no pagaban ni el desplazamiento o cientos de horas invertidas en contenido que iba a acabar publicando de manera gratuita en redes sociales. Algunos lo llaman exposición. En inglés supongo que el concepto es hustle. Pelear, luchar, sacrificarse por algo hasta conseguirlo. Porque yo he sacrificado una parte importante de mi juventud en madrugadas, bases de datos e investigaciones.
Y sí, sé que en España (y supongo que en Sudamérica también) es complicado trabajar de esto. La lista de gente que vive de crear contenido, sea escrito o audiovisual, solo sobre la NBA debe ser menor a 25 y la mayoría nos conocemos. Es un mercado pequeño de un producto exclusivo para un público muy nicho, pero es nuestra pasión. Nos enamoramos de algo que a la larga nos da más dolores de cabeza que otra cosa, pero es nuestro amor y poder vivir de ello ha sido siempre el objetivo. Cubrí unas NBA Finals en 2019 sin cobrar un euro, por ejemplo. Ahora, con 30 años y un público que me sigue en varias plataformas, no lo volvería a hacer. Me he arrastrado por el barro demasiado tiempo, pero he podido levantarme, y quiero ayudar a levantarse al máximo número de gente posible.
Siempre he intentado contestar a todos los que me escriben, sea por correo, por mensaje directo en Twitter o por WhatsApp pidiendo ayuda o consejo. Quiero ayudar a la gente joven igual que algunos me ayudaron a mi, y para que nunca sientan lo que sentí cuando alguien no quiso hacerlo, pero quiero que con esto entiendan que va a ser difícil. Hace diez años que escribo sobre la NBA y esta es mi primera temporada trabajando cubriendo la liga, pese a vivir en una ciudad con una franquicia. Soy un afortunado, lo sé. Estoy cumpliendo mi sueño, lo repito. Estoy en el mejor momento de mi vida y poder hacer este trabajo es una parte (no tan grande como mi mujer y mi perro), pero es un proceso largo. Solo uno mismo puede decidir si vale la pena intentarlo.
Termino citando a Jaylen Brown, hard work pays off. Algo que no entendí hasta que no tuve la recompensa.