#76 Sobre Mike Brown, imagen y responsabilidad (y el meme que vuelven a ser los Kings)

A Mike Brown lo despidieron por teléfono en el coche camino al aeropuerto. Al mejor entrenador que han tenido en 20 años.

#76 Sobre Mike Brown, imagen y responsabilidad (y el meme que vuelven a ser los Kings)

Los Sacramento Kings han despedido a Mike Brown, en lo que ha sido al mismo tiempo una de las noticias más esperadas y sorprendentes. Esperadas porque Sacramento este año ha sido un drama en todos los aspectos. Sorprendente porque si alguien no tiene la culpa, ha dado la cara y se ha ganado en los dos años y medio no ser la primera víctima de un proyecto fallido. Uno que no ha llegado a las expectativas que se marcaron tras una temporada donde acabaron por encima de lo esperado. Unas irreales y que se cobran a un gran entrenador. La solución más rápida y casi nunca la acertada. Hablemos de ellos.

Los Kings fueron, por algo más de una década, uno de los memes de la NBA. Con Phoenix y los siempre difuntos Timberwolves, Sacramento fue por tantísimo tiempo el hazmerreír del Oeste. El meme de California. Picks erráticos consecutivos, tantos entrenadores como temporadas. Desde la salida de Rick Adelman, los Kings fueron un despropósito tras otro. En 2019 se quedaron a dos victorias del 50% por primera vez desde 2006 (!!!) y despidieron a Dave Joerger por ello, tras tres temporadas fuera de playoffs. Llegó Luke Walton, lo hizo todavía peor, Alvin Gentry acabó la temporada con un 24-41 y por fin, el verano de 2022 llegaba Mike Brown a la franquicia. Unos meses antes había aterrizado Domantas Sabonis y con Fox, Malik Monk y las llegadas de Keegan Murray (draft) y Huerter (trade de Atlanta), había equipo.

Mike Brown tardó apenas una temporada en devolver a los Kings a playoffs por primera vez desde 2006, la sequía en activo más larga del deporte americano. Cayeron ante los Warriors en primera ronda, pero habían plantado una semilla de un proyecto que tenía identidad y cara. La respuesta, ese verano para mejorar al equipo, fue no hacer nada. Firmaron a Lyles, traspasaron por Duarte y trajeron a Vezenkov, nada más. El equipo empeoró por el simple motivo que el Oeste mejoró, hubo menos lesiones y llegaron los Thunder, Mavericks o Timberwolves. Cayeron en play-in ante los Pelicans, sin Zion, no sin antes derrocar la dinastía de los Warriors. El último partido de Klay con Golden State fue ante los Kings — la última derrota. Se dieron cuenta que tenían que cambiar algo.

Apostaron por DeMar DeRozan en un movimiento que sirvió también para deshacerse de Harrison Barnes y apostar por Murray en el cuatro. Fox, Sabonis, Murray y DDR eran el top-4 y Monk, renovado, el dueño del banquillo. Y cuando los cinco coinciden en pista este año tienen en 235 minutos un +9 en pista. Un equipo que tiene varios jugadores que no son positivos en defensa (o que son negativos), tres jugadores que necesitan el balón para ser diferenciales, tres que no tiran habitualmente desde el triple y para que mentir, iban a tener un problema en la escala jerárquica del equipo. Era el de Fox y Sabonis, pero llegaba DeRozan — históricamente mejor que ambos, ¿hoy en día? Es un debate para otro momento. Pero el encaje de DeMar fue algo a vigilar desde el primer día. Y eso nos lleva al presente.

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