#81 Sobre peticiones de traspaso, legados y clase obrera
No sé si Jimmy Butler volverá a jugar con los Heat. Pero esta película ya la hemos visto.

La vida es cruel y despiadada. La vida pasa rápido, no deja rastro y sigue su camino, y muy pocas veces te da una segunda oportunidad, mucho menos cuando has hecho las cosas mal. La vida elige, filtra y selecciona, premia y recompensa. Y sigue adelante. Da igual que seas un obrero de clase baja que un oficinista en Manhattan. Hay veces, eso sí, que se alinean los astros, que la suerte le sonríe a uno y que le permite tener esa segunda oportunidad. Para arreglar lo que un día fueron cenizas. Con el conocimiento de saber qué salió mal, con posibilidad de mirar atrás y poder solucionar ese descosido que hiciste. Jimmy Butler ha sido uno de esos afortunados, elegidos por el destino para tener esa redención, esa segunda vez.
Y el cabrón lo ha hecho todavía peor de lo que lo hizo en Chicago, en Minnesota o en Philadelphia. Y tiene mucho mérito. Hablemos (otra vez) de Jimmy, de los rebeldes de la NBA. Y sobre todo hablemos de qué, incluso cuando todo el mundo cree que esos jugadores están haciendo el borrego, y el planeta al completo se pregunte cómo puede ser que alguien se plantee siquiera pagarle, siempre aparezca una franquicia más desesperada. Y por qué esas franquicias suelen ser casi siempre las mismas. Porque ellas, como Jimmy Butler, continuamente desaprovechan esa segunda (y tercera, cuarta, quinta...) oportunidad que les da la vida y la NBA para redimirse y tomar, de una vez por todas, una buena decisión. Sí, hablemos de los Suns.
No es casualidad la fecha. El primer partido de Miami en el que Butler podría estar disponible, condicional, es el 7 de febrero en Brooklyn. Es el primero después del cierre del mercado de traspasos. Dicho de otra manera, es posible (no sé si probable) que Jimmy haya jugado su último partido con los Heat, la derrota en casa ante los todopoderosos Blazers. Lo expliqué la semana pasada, ponerse a bailar con Pat Riley este tango es algo de lo que solo los elegidos salen victoriosos, porque más sabe el diablo por ser Pat Riley que por diablo. Y Butler por ahora ha perdido toda posición negociadora actuando como un completo imbécil. Como una estrella NBA promedio.
Butler no es el primer jugador que decide que no quiere seguir en un equipo y hace todo lo posible por no jugar. Los ha habido con más razón (Harden contra los Sixers) o con menos razón y más capricho (Harden v Nets, Rockets...), pero en general casi siempre hay un patrón de actuación. Antes de seguir, solo quiero recordar que los jugadores, como tú y yo, trabajan para un dueño multimillonario casi siempre caprichoso y que pese a la diferencia entre el salario de los jugadores y el nuestro, ambos somos empleados. Tenemos jefes. Y entre lo más bajo de la pirámide debemos ir unidos cuando el problema es arriba. Pero no siempre lo es.

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