#21 Sobre el All Star y por qué el hecho de que no te guste no es realmente un problema

El All Star fue tan infumable que da la sensación de que no hay manera de salvarlo. Y a la NBA le da igual.

#21 Sobre el All Star y por qué el hecho de que no te guste no es realmente un problema

Una de las rutinas anuales es quejarnos de manera muy vocal sobre el All Star Weekend, buscar formas y formatos para solucionar el fin de semana al completo y a los tres días nos olvidamos. Cada año. ¿Y sabéis por qué nunca lo van a solucionar? Porque da absolutamente igual. Porque por tres días, la NBA deja de ser una liga deportiva para ser un creador masivo de entretenimiento. Y si no te gusta, como a mí, nos aguantamos. Porque para nosotros están los otros 82 partidos y playoffs. Este fin de semana es para los que acaban de llegar, para los que van a descubrir a Lillard y Haliburton, o los que solo siguen a la liga en Instagram y ven las barbaridades que se hicieron — porque se hicieron. Que no te guste no es un problema, de verdad. Porque tú no eres la audiencia. 

La semana tras el All Star, al menos hasta que vuelva la NBA el jueves, son horas de debate. Sobre todo sobre el formato, que si el Estados Unidos contra el resto del mundo, que si drafts, que si Elam Ending, partidos entre cuatro equipos. Pero buscamos todo tipo de alternativas y soluciones, premios, castigos, cambios. Hablamos del All Star hasta que se nos acaban los tweets, la saliva y las ganas de seguir peleando, pero hablamos de ello, por muy malo que sea. Nos lo tomamos demasiado en serio, al contrario que los jugadores. Y es sencillo, si los jugadores no se lo toman en serio, nunca volverá a ser un éxito. Y la NBA lo sabe. ¿Cuánto está dispuesta a forzar la máquina para arreglarlo? Lo justo para no hacer enfadar a ninguna estrella, porque no se lo puede permitir.

De hecho, su campaña los últimos años ha sido de “recuperemos el All Star Game”, algo que parece más de cara a la galería. Porque la audiencia se ha desplomado, al menos la del domingo. Desde 2000, cuando superaba los 10 millones de espectadores hasta el presente, cuando no llega a los cinco millones, el golpe es duro. Y cuando Silver tiene que sentarse en una mesa a negociar con ESPN, TNT y el resto de gigantes mediáticos, no da buena imagen que uno de tus productos estrella sea un fracaso de audiencias. No significa que no sea vea, porque la cantidad de información y vídeo que se consume en 2024 es incomparable con 2003, pero a las empresas que ponen publicidad el número que les interesa es el de gente sentada delante de la pantalla, lógicamente. 

Pero es que aunque nadie vea el All Star, la lógica dicta que el nuevo acuerdo de televisión sea mayor. ¿Por qué las estrellas de la liga deberían estar preocupadas entonces por un partido que es literalmente una pieza de espectáculo forzada? Los jóvenes que deben ser la cara de la NBA, liderados por Anthony Edwards, han admitido que no se lo van a tomar en serio (tampoco se toma nada en serio Ant, la verdad) y los mayores cada vez juegan menos porque tienen 39 años. El caso de Nikola Jokic y Luka Doncic es especial, los dos jugadores más competitivos que no quieren perder ni a las canicas y a los que les importa el All Star tanto como el resultado electoral en Honduras, nada. 

Hay argumentos a favor de no competir. Existe el riesgo de lesionarse, Y hay un punto de vista que no se suele tener en cuenta, pero mientras LeBron y Anthony Davis están en Indiana en febrero, cuya máxima temperatura fue de 1 grado en todo el fin de semana, el resto de los Lakers están de vacaciones en la playa, como yo. Las únicas desde septiembre hasta que acabe la temporada NBA, sea tras el play-in o como campeones. Y este año con Juegos Olímpicos, el verano será todavía más corto para algunos de ellos. Imaginaos en vuestra oficina que a todos vuestros compañeros le dan vacaciones y a ti, por ser el mejor, te mandan ese fin de semana a una ciudad promedio donde hace un frío que te cagas. ¿A descansar? No, a hacer mil entrevistas, actos de publicidad y de la liga. 

El estado del fin de semana al completo es de UCI, no solo el domingo. El viernes sigue siendo una constante de cambiar formatos, invitados, ideas y conceptos y puede ser el único con cierta competitividad, pese a ser el menos relevante de todos. El sábado está muriendo poco a poco. Por ahora las estrellas no van al concurso de mates, que ya se han cargado entre todos (y será peor en 2025 cuando McClung juegue en Europa); el de habilidades es una broma comparado con lo de principio de siglo, cuando eran habilidades de verdad y no tirar triples o lanzar pases a una mano; y el de triples sobrevive porque es el oxígeno de la NBA, los triples. Ni siquiera el partido de famosos es relevante para el espectador, algo que no ha cambiado porque nunca lo fue. 

Para muchos jugadores ser All Star ha dejado de ser un orgullo y es un trámite más. LeBron, Doncic, Jokic, Curry, Durant y otros tantos van a salir elegidos cada temporada y, salvo sorpresas o irrupciones, serán titulares. Todas sus familias ya tienen hotel en San Francisco en febrero de 2025 porque es lo lógico. Y si encima de poder pasar ese fin de semana en Cabos, Maldivas o Turks and Caicos, les hacen ir a San Francisco (o a Utah el año pasado...), no les podemos pedir que encima se lo tomen en serio. Porque no es su trabajo. Su trabajo es ganar el anillo, y eso lo harán a partir del jueves. Aún deberíamos dar gracias porque hayan ido, jugado y metido 211 puntos para disfrute de millones de personas, que no tú. 

¿Y sabéis qué? Da igual. A la NBA no le preocupa que tú, que te tragas todos los partidos de tu equipo y te ves hasta un Pistons v Wizards, no veas el All Star. La NBA lo que quiere es que te suscribas a esta newsletter. 

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#SPAM | El contenido de la semana:

🎥 Trash Nochados, un nuevo proyecto con Leandro Carranza, Nacho Losilla y Sergio Rabinal, en YouTube | Ver aquí

🎙 Up and Under, un pódcast de NBA, ahora en YouTube con Leandro Carranza | Cada semana Ver aquí

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