#126 Sobre construir tu marca, redes sociales, DAZN y la oportunidad de hacer algo único
El periodismo ha cambiado con las redes sociales, pero eso no tiene que alterar el funcionamiento de las empresas: apuesten por el talento, no seguidores.
Soy uno de esos afortunados que estudió periodismo, y que además lo hizo entre 2010 y 2014. Tres puntos en contra de mi educación: fui una de las primeras generaciones del Plan Bolonia, por lo que nos obligaron a ir a clase; salí de la universidad en mitad de una crisis laboral histórica para los jóvenes; y último y más importante, fui a clase en una época en la que todavía no se creía en las redes sociales y el periodismo digital como el futuro, por lo que tuve mínima información y educación sobre ello pese a graduarme en 2014. Porque ni los profesores sabían lo que se venía, aunque ya estaba pasando en sus propias narices. Muchos, varios lustros más tarde, todavía no se han adaptado y han desaparecido.
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La llegada de las redes sociales a nuestra vida cotidiana, en la década anterior, fue un cambio radical a la hora de malgastar nuestro tiempo de ocio. De golpe, un adolescente promedio podía pasar horas en YouTube, Facebook o Vine. Nosotros, los periodistas, fuimos uno de los sectores más afectados con la masificación de una plataforma en específico, Twitter. Una red informativa que daba voz por igual a aquel que tenía que decir algo. Acceso rápido, seguimiento en directo, conversación fluida y debate abierto, pero al mismo tiempo, una democratización de la información, para bien y para mal. Al principio era interesante, pero con el paso de los años se ha prostituido. Todo alrededor de un concepto: “Build your brand”, o construye tu marca, identidad, tu imagen.
Ese concepto ha existido toda la vida, desde el momento que relacionábamos a un periodista con un tipo de información específica: Antoni Daimiel es de NBA, por ejemplo, y lo era antes de que llegaran las redes sociales. ¿Pero qué significa construir una marca en la época actual? Presencia online constante y autobombo, promoción. Mover el ojo de la historia del mensaje al emisor, siendo este el protagonista. En ocasiones corrompiendo la información, ya sea por ignorancia o por necesidad para vender más, de conectar con una audiencia en específico. Si yo digo que los Celtics pueden fichar a Giannis Antetokounmpo tendrá más eco que si digo que es poco posible de manera realista. Importa quién dice el mensaje tanto como a quién va dirigido, eso es en esencia construir marca.
“Cuando hablo de periodismo, lo comparo con un terremoto. El temblor no ha parado. De hecho, todavía estamos en medio del terremoto. En algún momento, los temblores y sacudidas pararán, saldremos y evaluaremos los daños, veremos qué queda en pie y entonces tendremos que reconstruir. Así es como veo el panorama en este momento. Pero no creo que el periodismo vaya a desaparecer. Veo que los sistemas de distribución están cambiando” (Alisyn Camerota, former CNN vía Poynter)
Seguidores ≠ Calidad
La personificación del periodismo online ha sido una ventaja para muchos, y eso me incluye. He explicado varias veces que sin Twitter seguramente no habría encontrado los trabajos que he tenido en NBA (ni los amigos que tengo), ni habría podido tener Twitch, o la newsletter que estás leyendo ahora mismo. Conceptos tan sencillos como la construcción de comunidades, como cuando nos reuníamos en la cena a ver las noticias con Matías Prats en Antena 3, pero ahora con la capacidad de que el mensaje sea bidireccional, de que la gente me responda (y me insulte) con las redes sociales. Aunque te digan que sí, hacer un buen trabajo ya no es la única variante a la hora de triunfar en el mundo actual.
Si gritas más, si pones mayúsculas más grandes (y te olvidas siempre el signo de exclamación del principio de la frase), una foto de LeBron en cada uno de tus vídeos y dices que hay una última hora, te verá más gente que si intentas explicar algo razonablemente. Aquí podemos estar horas debatiendo sobre el periodismo y el entretenimiento y la fina línea que los diferencia en algunos casos, con el seguimiento de la NBA en español siendo un ejemplo muy claro (sobre todo en YouTube). Pero la principal diferencia entre ellos y Matías Prats, además del patrocinio de ING Direct, es que ellos son los dueños de su propio canal y por ende, pueden emitir el mensaje que quieran. Y esa es también la gracia de la democratización de las redes sociales.
Hoy, cuando un estudiante de periodismo se gradúa, ya no sueña en trabajar en la Cadena SER o en Movistar+. O sí, algunos, pero otros quieren tener su propio contenido: un canal de YouTube, una newsletter, un pódcast y no pisar nunca una redacción de las de antes. Se aprende mucho en ellas, de verdad, aunque por lo que me han contado mis amigos/colegas, hoy en día es pasar la jornada detrás de un ordenador haciendo contenido SEO, para redes sociales y minuto a minuto del partido del Eibar contra el Leganés. Y entiendo que si esa es la opción A, prefieran un canal de YouTube, o una newsletter o cualquier otro ideal que no te quite las ganas de vivir minuto a minuto. Os prometo que ahora llego a mi punto.
La presencia online es, a mi modo de ver, una herramienta más de trabajo. En parte, y por mucho tiempo, nos ha esclavizado, pero no supone más que eso; no se puede entender como una representación de la calidad profesional del individuo en cuestión. No tienen por qué ir de la mano (en ocasiones sí). Mucha gente con pocos seguidores son profesionales como la copa de un pino y viceversa, otros tantos que tienen miles de seguidores son incapaces de argumentar dos frases consecutivas sin gritar y carencias informativas. La gente lo consume igual, y ese no es el debate, pues al final son sus plataformas propias y pueden hacer lo que les dé la gana con ellas. El problema viene cuando son las grandes empresas las que tienen que elegir.
La NBA en España: ¿qué se viene?
Lo que nos interesa. A partir del próximo mes de octubre, en España, la NBA se podrá ver por Amazon Prime. Queda pendiente un segundo paquete que ahora mismo, parece que se puede llevar DAZN y dejar a Movistar sin NBA por primera vez desde 1995. Viendo el tratamiento que le han dado el último año, sin acudir al All Star o finales, además de la despedida de Guille Giménez en la última narración, entiendo que fue un hasta pronto (todas decisiones empresariales, no periodísticas, cabe recordar). ¿Quién narrará la NBA en España el próximo año? Esa es la gran pregunta. Y eso es sobre lo que quería hablar hoy.
Lo explicaba el otro día en X, tanto Amazon como DAZN tienen la oportunidad de hacer algo histórico, de crear un equipo NBA desde cero. Buscar gente que realmente sepa de NBA, caras igual menos conocidas en televisión, pero que han demostrado su capacidad de explicar la liga por mucho tiempo. De Amazon no sé qué esperar al ser un acuerdo global. Sé que el gigante de e-commerce ha llegado a un acuerdo con una productora para que sea la encargada de poner voz a los partidos, pero dudo mucho que Amazon Prime tenga más baloncesto que los partidos en su aplicación. Falta por decidir el tema del League Pass, pero todavía no se sabe nada.

En el caso de la plataforma de streaming británica es distinto. Primero, porque ya tuvieron baloncesto hace no mucho, y todo apunta a que han recuperado la ACB, además de otras ligas europeas. Si se acaba cerrando, podrían contar con casi todo el baloncesto (a excepción de la Euroleague), virtualmente un monopolio que puede crecer una vez llegue la NBA a Europa. La llegada de Chus Bueno como director de DAZN Basketball era un mensaje claro de la plataforma: queremos baloncesto, y lo están logrando, algo que personalmente me hace muy feliz. Sobre todo si consiguen que la ACB vuelva a ser consumida a nivel nacional y no mantenida en secreto como los últimos años.
Volviendo a la NBA. Me gustaría, si alguien de DAZN (o Amazon) me está leyendo, que sean valientes, que apuesten por talento sin tener en cuenta si son caras conocidas o si tienen miles de seguidores, o una marca online. Que se apueste por talento, no por marca, porque la marca ya es DAZN. Conozco gente, narradores y comentaristas, que les gustaría estar ahí y que merecen la oportunidad. Caras menos conocidas que los Daimiel o Guille (que espero que les llamen) pero que saben igual o más. Todos sabéis de quién hablo, no hace falta que os dé los nombres de Sergio Rabinal (a partir del minuto 42:35) o Nacho Losilla, o Gerard Solé de narrador, evidentemente. Porque son de tres que saben muchísimo. Oye, y si quieren un enviado especial que ya esté en Norte América, que me escriban.
Yo, al contrario, soy un alma vieja que sigue pensando que el mejor periodismo siempre será escrito y que siempre habrá una nueva oportunidad de contar la NBA juntando palabras en un texto. Y si no aparece, me la invento.