#108 Sobre Nico Harrison, ansiedad, Mamba Mentality y el control
Nico Harrison ha salido a hablar y como cada vez que lo hace, ha empeorado las cosas. Y es momento de analizarlo.

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Hace poco veía uno de esos clásicos pódcast que aparecen en Instagram, que están más hechos para redes sociales que para consumo completo, pero que me marcó. Dos personas hablaban sobre los niños, sobre la imaginación incesante que tienen los seres humanos de pequeños, y se planteaba la duda de qué pasaba con ella cuando crecíamos. En qué momento exacto desaparecía. “No desaparece. Esa imaginación es lo que hoy llamas estrés y ansiedad” le respondía la psicóloga. Lo que hacemos de pequeños es jugar, divertirnos, pasar el rato con nuestra imaginación; una vez maduramos, generalmente tras el trauma de empezar la vida laboral, solo estamos dejando que la ansiedad tome el control.
No conozco a Nico Harrison en persona. Por fortuna, nunca he hablado con él, y nadie puede asociarme con la banda criminal armada que es la gerencia de los Dallas Mavericks, pero es un ejemplo perfecto. Una prueba de dejar que tus emociones negativas tomen el control de tu vida y entres en una espiral inagotable e ingobernable de decisiones malas que han acabado destruyendo el presente y futuro a corto y medio plazo de unas de las organizaciones más estables en lo que va siglo. Y sí, hoy toca hablar otra vez del traspaso de Luka Doncic — y de la irracionalidad detrás del movimiento, por qué lo hizo y por qué a veces, no es tan bueno dejar rienda suelta a la imaginación. Y menos si es ansiedad.

Nico Harrison fue, durante muchos años, ejecutivo de Nike. Su rol más importante, tras trabajar como representante de la marca en Dallas, fue trabajar de la mano de Kobe Bryant. Desde 2003 estuvo bajo la sombra de la Mamba Mentality, un mantra que reside en el trabajo duro, el esfuerzo extra y en el sacrificio. El propio Kobe describió la Mamba Mentality “consiste en centrarse en el proceso y confiar en el trabajo duro cuando más importa. Es el mantra definitivo para el espíritu competitivo”. Y añadió que “el trabajo duro supera al talento, siempre”. Y su mayor argumento es tener cinco anillos, uno más que Shaq quien es indudablemente mejor jugador (aunque en tres el MVP y mejor jugador fuera Shaq).
“Mamba mentality is all about focusing on the process and trusting in the hard work when it matters most. It’s the ultimate mantra for the competitive spirit. Hard work outweighs talent, every time”.
Nico Harrison creció a nivel profesional con la cantinela de fondo. Vio a Kobe hacer historia, ganando dos anillos más (2009 y 2010) y entendió que la única manera de ganar es esa, es ser Kobe Bryant. No importa que por el camino ganaran otros, y no puede pensar que hay otras maneras de ganar; solo se puede hacer con la Mamba Mentality: trabajar más que el resto. Como si Magic Johnson y Larry Bird no hubieran trabajado más que el resto; como si Duncan, LeBron, Curry y otros tantos no se esforzaran más. Como si Nikola Jokic, el mayor talento que hemos visto en los últimos 30 años y campeón de la NBA, no entrenara duro. Aplica también para Luka Doncic, por supuesto. Uno no es MVP de la Euroleague con 18 años solo por talento.
El principal punto de quiebre entre Nico Harrison y Luka Doncic ha sido siempre su estado de forma. Doncic tiene un cuerpo que, por momentos, puede parecer más el mío que el de LeBron James o Kobe Bryant. ¿Le ha costado por momentos a Dallas algún partido? Sí, seguramente Luka ha llegado a finales de algunos encuentros algo cansado, en parte por su cuerpo y en parte por jugar 17,700 minutos desde que llegó a la NBA entre playoffs y temporada regular. Solo 11 jugadores suman más. De 2022 a 2024 fue el séptimo, y hay que sumar el Mundial de 2023 y el preolímpico de 2024. Llevó, en ese tramo, a los Mavs a unas finales de conferencia donde nadie les había invitado y a unas finales NBA con un pívot novato como tercer jugador más importante.