#170 Entrevista con Marcus Smart: "Estuve a punto de no firmar por los Lakers"
Año de redención, noche de visita a Boston. El base me atiende antes del partido en Toronto para hablar de su rendimiento en los Lakers, verano y de los Celtics.
La última vez que Marcus Smart pisó el Scotiabank Arena, el pabellón de los Raptors, es una noche que el base nunca olvidará. Fue hace no mucho, este mismo año: el 5 de febrero. Aquel día se combinó para ser su primer partido con Memphis tras un mes y medio fuera, por una lesión en el dedo, y también su último día como jugador de los Grizzlies. Era en el vestuario de visitante donde, feliz por su vuelta y la victoria, hablaba con la prensa. La noticia seguía siendo el traspaso de Luka Doncic, anunciado apenas dos días antes. Nadie en la habitación sabía que 12 horas más tarde iba a ser Smart el que saliera en un movimiento que cambiaría su carrera para siempre.
Tras un año y medio en Memphis, acabaría la temporada en Washington. En las dos temporadas completas desde que fue traspasado por Boston jugaría 54 partidos. Lesiones, decisiones de la gerencia de apostar por desarrollar el talento joven y por un momento, el mundo olvidó quién era Marcus Smart. O más importante, de lo que era capaz en pista. El único guard en ganar el premio al jugador defensivo desde 1997, cuando lo hizo Gary Payton. Alguien capaz de irrumpir y disrumpir desde la defensa, de desmontar un partido por el arte del caos. De cambiar la cara de un equipo desde el lado menos estético del baloncesto.
Han pasado diez meses desde esa noche en Toronto, y hoy Smart vuelve a estar en el mismo vestuario, vestido de calle, pero acompañando a LeBron James, Austin Reaves y el resto de la expedición de los Lakers. Se pierde el partido ante los Raptors por gestión de sus molestias en la espalda, y el equipo de JJ Redick le echará de menos. El propio entrenador era sincero, al ser preguntado por quién marcaba el nivel de intensidad del equipo: “debería ser algo colectivo, pero hasta ahora ha sido Marcus”. Sin él y sin Luka Doncic, en Eslovenia para el nacimiento de su segundo hijo, los Raptors se presentaban como un reto apasionante. En su cabeza, pero, está el siguiente.
No tendrán ni 20 horas de descanso, con viaje y noche en hotel para aterrizar en Boston. El primer clásico entre Celtics y Lakers se juega en segunda noche de back-to-back para ambas franquicias, lo que puede implicar la baja de LeBron. Se sumaría a Jayson Tatum y la posible ausencia de Doncic, en Europa (y Jaylen Brown está enfermo). Todos ellos dan igual, porque el foco estará en el 36. En su posible vuelta a Boston, la primera con la camiseta de los Lakers. En este momento, ni el propio Smart sabe si podrá jugar o no, según me confirmó el jugador después del duelo en Toronto, pero confía en llegar. En estar.
Su presencia es clave. Para Gabe Vincent, jugador con el que peleó mil batallas en la era de dominio del Este de Heat y Celtics, la clave es “no tener que preocuparse por él en el otro lado del campo”. Más allá del impacto en el vestuario, de tener una pieza como él en tu arsenal, para Vincent es la habilidad de “cambiar el rumbo de un partido en cualquier momento. Es un defensa muy disruptivo, un competidor feroz de alto nivel” aseguraba el base antes de meter cinco puntos como titular en la victoria de los Lakers en Canadá.
Pude sentarme a hablar con Marcus Smart durante el día de ayer. Sobre el partido en Boston y la recepción que espera de los aficionados, sobre su decisión de firmar por Los Angeles y el efecto que tuvo Luka en su llegada hablamos antes del partido. ¿Hubo otras opciones en verano? ¿Quiere demostrar que las dudas sobre su rendimiento estaban equivocadas? ¿Es consciente del impacto que tiene? Os dejo aquí la entrevista:



