#142 Horford, Embiid y las lesiones como mayor enemigo de la NBA
La salida de Horford me ha puesto sentimental.
No por inesperadas, las malas noticias dejan de ser malas. ¿Duelen menos? Seguramente, porque uno ya ha preparado el corazón y la cabeza para recibirla, pero algunas todavía llegan como daga en el pecho. Ayer, a media tarde, Shams Charania anunciaba el secreto peor guardado de la NBA: Horford será nuevo jugador de los Warriors. El dominicano, que se despidió minutos antes de la afición de los Celtics, firmará por dos años con una opción de jugador y por segunda vez en su carrera, abandona Boston en la agencia libre. Y eso me ha hecho ponerme a pensar, una vez superada la tristeza.
Uno de los motivos por los que Horford deja Boston es la lesión de Tatum. Sin su estrella, que podría volver este año, además de las salidas de Jrue Holiday, Kristaps Porzingis y Luke Kornet, Don Alfredo sabe que los Celtics no deberían poder competir por el anillo. Su tiempo es limitado, los años que le quedan en la NBA son pocos y sus oportunidades de ganar un segundo anillo reducidas, por eso ha querido buscar otro lugar donde intentarlo. ¿Son los Warriors la mejor opción para buscar ese segundo título? Lo dudo mucho. Esto escribí sobre ellos en la GUÍA NBA DE GIGANTES DEL BASKET.
“¿Son favoritos? No de primer nivel, incluso puede que ni en el segundo, pero tienen un factor que no permite nunca descartarlos. Tienen a Wardell Stephen Curry II en su equipo y el resto de la NBA no. Y hasta que eso cambie, los Warriors siempre estarán en la lucha”.
La guía, por cierto, la podéis comprar ya. En papel o en versión digital.
La salida de Horford, relacionada directamente con la lesión de Tatum, me ha hecho pensar en la viabilidad de los proyectos en la NBA y la duración de las ventanas. En una competición con un salary cap relativamente blando, pero con sanciones como el impuesto de lujo o los aprons, los proyectos cada día duran menos (si alguna palabra no sabéis qué significa, el Diccionario NBA os ayuda). Sobre todo si son caros, veteranos o si fracasan estrepitosamente de manera continuada. Y aquí la suerte juega un papel muy importante a la hora de ayudar a que un equipo sea exitoso o acabe en calamidad. Y sí, con la suerte hablo de la salud.
Mirad el verano de los Pacers o Bucks. Ambos vieron cómo su base titular, como Tatum, se destrozaba el Aquiles en los playoffs y ambos han pegado un volantazo al proyecto. Milwaukee decidía cortar a Dame, que podrá hacer rehabilitación en Portland cobrando $50 millones por pasear por Oregon. Mientras, los Bucks se gastaron el dinero en Myles Turner, un agente libre de Indiana que los Pacers no quisieron pagar demasiado sabiendo que sin Haliburton no podrían competir. Y los mayores beneficiados, Cleveland y New York, que llegan a octubre con el Este más fácil.
Esta misma semana, los Grizzlies publicaron varios comunicados de prensa a cada cual más trágico que el anterior. Brandon Clarke, recuperado de su lesión de marzo, necesitará una artroscopia y no tiene tiempo estimado de regreso a las pistas. Zach Edey fue operado en junio, ha empezado su recuperación y se espera que pueda jugar en 6-9 semanas; el último, Jaren Jackson, que fue operado hace 12 semanas, al que le quedan otras 4-6 semanas más para estar disponible. La NBA empieza el 21 de octubre, menos de cuatro semanas después del anuncio.