#165 La crisis de las lesiones en la NBA (I): ¿cómo solucionamos el problema?
La NBA vive una pandemia sin precedentes. Hablé con el Dr. Julio Calleja-González para buscar motivos y posibles soluciones.
Por si no lo sabéis, es muy probable que vuestro jugador favorito esté lesionado. Hay altas probabilidades de que en vuestro equipo falten ahora mismo al menos uno, y posiblemente dos titulares. Se acaba de cumplir el primer mes de competición en la NBA y la lista de jugadores que han pasado por la enfermería es más larga que la de entrenadores de los Sacramento Kings en lo que va de siglo. ¿Qué significa eso? Que se ha vuelto a abrir el debate sobre la salud de los jugadores y, con ello, los motivos por los que hay tantas lesiones.
Por suerte para la comunidad científica y para la sociedad en general, no soy doctor ni tengo ningún tipo de formación en temas de salud. Sí tengo, por otro lado, la capacidad de levantar el teléfono y llamar a gente que puede saber del tema más que cualquiera de los que estamos leyendo o escribiendo este párrafo, y eso hice el año pasado cuando tuvimos el mismo problema. Llamé al Dr. Julio Calleja-González, un especialista que ha dedicado su vida laboral a la investigación alrededor del entrenamiento y la fisiología aplicada al deporte de élite, y sobre todo, la recuperación de la fatiga.
El Dr. Calleja-González ha trabajado con jugadores NBA, muchos años con Serge Ibaka, y con entrenadores de la mejor liga del mundo, además de tener una relación de años con la Federación Española de Baloncesto y más de tres décadas de experiencia. Y no se me ocurrió nadie mejor para escribir en Gigantes del Basket un tema sobre los posibles motivos detrás de la pandemia de lesiones que estaba azotando la NBA. Recomiendo bastante leerlo si tenéis el tiempo, pero si no, os dejo por aquí los puntos más destacados de todo lo que me dijo en la videollamada. Causas, posible solución y qué debería cambiar la NBA.
POSIBLES CAUSAS DEL AUMENTO DE LAS LESIONES
Los principales estudios y especialistas, además de entrenadores y general managers, apuntan al incremento del ritmo como principal motivo del aumento de lesiones. En la NBA se juegan 82 partidos desde el último año de Lyndon B. Johnson como presidente y es algo difícil de cambiar por motivos varios — hablaremos del tema el miércoles en la segunda parte del artículo. Pero no es lo mismo jugar 82 partidos a principios del siglo que hacerlo hoy. Por la diferencia de estilo de juego, la velocidad y el ritmo al que se juega.
Desde 2022 solo hay seis jugadores que hayan conseguido jugar 82 partidos en varias temporadas: Mikal Bridges (4), Harrison Barnes (3), Nickeil-Alexander Walker, Jalen Green, Buddy Hield y Kevon Looney (2). Y de todos ellos, NAW, Green y Looney ya se han perdido partidos en lo que va de temporada. Y el problema es todavía más grave cuando los jugadores que faltan son los que la NBA determina como estrellas, aquellos jugadores que en los últimos tres años han sido All Star o All NBA al menos una vez. Nombres como Wembanyama, Antetokounmpo, Anthony Davies o Ja Morant, en mayor o menor medida. Y eso es sin contar a los Tatum, Haliburton o Lillard, fuera todo el año.
«El principal argumento es el número de competiciones y la densidad competitiva. El número de partidos ha incrementado de manera significativa, no solo en la NBA, sino también en selecciones. Eso hace que no haya un periodo transitorio mínimo de descanso. Tienen que partir la off-season en dos partes, antes y después de las competiciones de verano, por lo que llegan al training camp con menos tiempo de descanso».
Steve Kerr daba con la clave. «Tenemos todos los datos. Los jugadores corren más rápido y más millas que nunca, así que estamos haciendo todo lo posible para protegerlos, pero básicamente hay un partido cada dos noches y no es fácil. Nuestros médicos creen que el desgaste, la velocidad, el ritmo y el kilometraje son factores que influyen en estas lesiones». Si todos juegan rápido, porque la transición sigue siendo la manera más fácil de anotar, y todos son capaces de tener un cinco en pista que tire triples, toca defender todo el partido más de ocho metros. Algo imposible.
Y hablaba de algo virtualmente imposible a día de hoy, como es reducir el calendario de partidos. Quitar esos religiosos 82 partidos y bajar la cifra a 72 o 76, algo que reduzca la carga física. Algo que, por ejemplo, Spoelstra sabe que es muy difícil de hacer una vez ya se ha firmado el nuevo acuerdo de televisión. Sin reducir partidos, es inviable reducir la carga y, sobre todo, las noches consecutivas de esfuerzo o las giras de muchos encuentros concentrados, otro de los problemas que vemos en la NBA actual. Todo combinado, nos deja una liga como la que vemos hoy.
«Y luego, el segundo motivo, no solo el volumen de partidos sino el tiempo de recuperación entre partidos, que es otro concepto importante. Los back-to-back, o las concentraciones de dos viajes en muy poco tiempo, son secuencias de microconcentración de competición en ciclos cortos y se está demostrando que no tienen un efecto positivo en el deportista. Toca elegir si queremos más calidad o más competición».
TRABAJO PARA SOLUCIONAR LESIONES
Cada jugador y cada franquicia son un caso distinto. El propio Dr. Calleja-González me explicaba que desde la raza hasta la edad o estilo del jugador tienen influencia en cada situación, pero que hay patrones a la hora de encontrar las lesiones y por ello, cómo minimizarlas. Es imposible reducirlas al completo, pero sí que se puede trabajar en varios aspectos para intentar que la cantidad baje por el bien del producto que la NBA está mostrando al mundo: ausente de algunas de las principales estrellas, tanto en el presente como en los playoffs.
Para ello, la receta del doctor es tiempo, tanto antes como después de la temporada regular. Empezar la temporada antes, incluso la pretemporada, permitiría hacer un training camp más convencional para la nueva NBA actual (Copa NBA + mayor intensidad) y permitiría espaciar más los partidos evitando tantos back-to-backs o giras con muchos viajes consecutivos, sin prácticamente pasar 24 horas en la misma ciudad. Algo que no es bueno ni siquiera para los mejores atletas del planeta Tierra como son los jugadores NBA.
«Hay tres claves. La primera está relacionada con la fatiga asociada al viaje. Hay que buscar una manera de que esas giras de 6-7 días puedan estar más concentradas, que un equipo solo viaje con un huso horario, o dos a lo sumo, lo que permitiría no tener tantos cambios. Hay que buscar el equilibrio en eso.
La segunda, con la Copa NBA, no deja adelantar el proceso de forma de los jugadores, genera más intensidad a la competición y no se puede hacer un training camp al uso».
También cree necesaria una pausa al acabar la liga regular. A día de hoy, los equipos que no juegan play-in tienen entre cinco y seis días, y los que tienen que acceder a la lucha por el anillo mediante el torneo previo disponen de entre cuatro y dos, pero la recomendación es mucho mayor: doce días. ¿Es posible sin acortar el calendario? Tocaría empezar la temporada mucho antes o alargar los playoffs hasta el mes de julio, posponiendo el draft y parte de la Summer League. Vacaciones más cortas, menos preparación para torneos de verano y volvemos a empezar.
La realidad es que los playoffs en los últimos años han sido un esprint pero con la distancia de un maratón, y llegan a las finales con la enfermería llena y la salud a medias. El año pasado, Oklahoma vio cómo Ja Morant se perdía los últimos dos partidos de la primera ronda, Aaron Gordon y Michael Porter Jr. llegaban al séptimo de las semifinales con problemas físicos y en el último partido de la temporada, Tyrese Haliburton se rompía el talón de Aquiles. ¿Habrían ganado los Thunder? Probablemente, pero nunca lo sabremos.
«Y la tercera, que cuando acabe la liga, los equipos que van a jugar playoffs puedan tener una parada más larga para que puedan hacer un descanso transitorio y puedan preparar físicamente bien los playoffs. Porque desde el punto de vista del cuerpo, el playoff de la NBA es el sistema de competición más exigente que he visto en mi vida.
¿La pausa de cuánto tiempo? 12 días, semana y media. Cualquier día de liberación mental, social, fisiológica y biológica. Pero si queremos evitar la fatiga residual acumulada y garantizar la frescura a nivel muscular, necesitamos más tiempo. Porque los datos dicen que los jugadores no llegan a los picos de forma en las mejores condiciones físicas, por lo que el espectáculo baja. O sea, lesiones en los playoffs».
LOAD MANAGEMENT
En los últimos años, una de las posiciones científicas más habituales a la hora de proteger a los jugadores es el llamado load management. Se trata de una práctica que controla o gestiona la carga de sus jugadores, ajustando la cantidad de partidos que este juega. Si bien lleva una década entre nosotros, fueron los Raptors de Kawhi Leonard en 2019 quienes popularizaron su uso y éxito, consiguiendo la mejor versión del cíborg desde su salida de San Antonio y el anillo para la franquicia.
La NBA publicó un informe que nunca salió a la luz donde demostraba que el load management no tenía relación alguna con la prevención de lesiones, pero las franquicias lo ven distinto. Aunque siempre va a ser complicado, en lesiones musculares, asociar un único factor al motivo de dicho problema. Pero sí que se pueden asociar algunas a movimientos que la NBA actual ha generalizado, como el salto vertical, el sprint horizontal o la carrera de intensidad. Y todos ellos tienen un impacto muy grande en la fatiga y recuperación del jugador.
«Es muy complejo asociar la gestión de carga con la lesión. Porque las lesiones son multifactoriales. No hay ningún deporte que haya encontrado un parámetro diana que pueda decir que está asociado con este factor o aquel. Si tenemos primeras aproximaciones, más mapas que nos dan más globales, pero no hay un valor. Tampoco creo que lo vayamos a encontrar».
Sí que se puede usar de una manera que se luche contra la carga que la NBA no está dispuesta a reducir, los 82 partidos. Pero es importante recordar que la labor e importancia de los médicos en estas decisiones son limitadas, y que jugador y staff técnico siempre tendrán la palabra final (excepto en caso de lesión). Entre toda la información recogida se intenta siempre trabajar para mejorar el rendimiento físico de sus jugadores. Pero algo muy importante ha sido poder enseñar a los protagonistas más sobre el aspecto, ya sean ejecutivos, entrenadores o los propios jugadores.
«Pero el load management sí que nos ha dado una herramienta para modular mejor y tener más criterio a la hora de distribuir el minutaje entre los deportistas. Hay consenso en las ciencias del deporte de que la herramienta ha venido muy bien para educar a los entrenadores y darles la mayor información para que tomen la mejor decisión. Y si somos capaces de buscar y asociar variables de rendimiento a la gestión, minimizamos el riesgo de lesión».
Su trabajo al final es aportar luz y claridad a cada una de las situaciones con la información que se tiene, tanto del caso individual como de los datos de experiencia en años anteriores. Y una manera muy sencilla de que los jugadores, sobre todo los más jóvenes, entiendan la importancia de saber cuándo jugar es poner los ejemplos de las carreras de los más veteranos. Para mostrar que las decisiones prudentes tomadas a tiempo pueden marcar la diferencia entre una trayectoria estable y una plagada de problemas que se apaga mucho antes.
Con esa comparación, cualquier mensaje cala mucho mejor y se convierte en una referencia válida para su día a día. Es cierto que aspiran a disputar los 82 encuentros si la salud lo permite, pero también sueñan con una trayectoria de quince años, así que al final se trata de encontrar el equilibrio.
«Es importante escuchar a los deportistas. La gente de más de 30 años todos están a favor del load management pero a un nivel de incluso a veces no viajar con el equipo. Día de liberación, porque no hace falta entrenar tanto en un sistema de competición, ya que no hay tiempo: viajas, juegas, viaje de vuelta y día de recuperación, no se puede entrenar. Por eso son importantes los días libres, pero del todo».
EL FUTURO DE LA NBA A NIVEL MÉDICO Y TENDENCIAS
Otras declaraciones interesantes del Dr. Julio Calleja-González que no aparecen en el artículo de Gigantes por brevedad o ser más concisos.
«La NBA rompe con todos los esquemas por ser la competición con los mejores deportistas del planeta y tenemos que estar abiertos a adaptarnos siempre, como sucede ahora con Wembanyama. Los límites se modifican y hemos de estar abiertos. La evolución del deporte va a la optimización de todos los procesos, que nos permite afinar mucho más».
«Los entrenadores han reducido las cargas de entrenamiento, pero son más intensas, de 30 o 40 minutos y optimizados. Se mueven a la parte central del día, permitiendo a los jugadores tener su vida familiar por la mañana, descansar. Y por la tarde otra vez tiempo libre con la pareja, hijos. Esa es la conclusión desde el punto de vista de la ciencia y la tecnología. No hace falta entrenar tanto para rendir con alta intensidad».
«En las semanas de, por ejemplo, cuatro partidos, es donde más se tiene que aprender. Porque esas semanas son cuatro veces que tienes que calentar prepartido, prepararte mentalmente y luego el postpartido, por lo que eso hace de sustituto del entrenamiento, no hace falta cargar más al jugador. Al acabar el partido, un jugador puede tardar 48 horas en normalizar variables de condición física, y con los índices de saturación que lleva, igual incluso son 72».




Por encima del load management, que está claro que ha llegado para quedarse. Creo que en la NBA tienen que empezar a plantearse seriamente alargar las rotaciones, y sobre todo, acortar los tiempos de juego de las estrellas. Es algo que hace tiempo ha llegado a Europa, y cuanto antes lo haga a USA menos problemas de lesiones habrá.
Por encima de récords individuales, que obviamente bajarían en su número y probabilidad, debe primar la salud y el número de partidos que están disponibles los jugadores. Controlar minutajes, y salvo partidos concretos, acortar el tiempo de juego de las estrellas. Ese es el paso definitivo que necesita la NBA.